viernes, 22 de febrero de 2013

Los estímulos monetarios no funcionan y nos empobrecen




                                                      Artículo  publicado por el autor de este blog en mundiario.com


El 15 de septiembre del año 2008, con la quiebra de Lehman Brothers, se hacia oficial una crisis en el sistema bancario mundial que ya había provocado tensiones en los mercados financieros en el verano de 2007. Ante la incapacidad de reacción inicial, típica de alguien al que un determinado hecho le coge por sorpresa, junto a la bajada progresiva del tipo de interés, en Marzo de 2009 la Reserva Federal inicia su primera ronda de inyección de liquidez mediante la compra de bonos (lo que se conoce como Operaciones de Mercado Abierto), que continuaría en Noviembre de 2011 con la segunda ronda y posteriormente, en Agosto de 2013, con el QE3 en combinación con la denominada Operación Twist ( consistente en la compra de bonos con vencimiento a seis y treinta años, junto a la venta de bonos con vencimiento a tres o menos años en posesión del Tesoro) iniciada en Octubre de 2011, con vigencia actual en ambos casos. Así  Ben Bernake marcaba la hoja de ruta al resto de bancos centrales a la hora de hacer frente a las turbulencias financieras que ya comenzaban a dañar a la economía real. En este gráfico pueden ver la evolución de los tipos de interés en la última década:



A grandes rasgos, los principales planes de estímulo monetario que se han aplicado o se siguen aplicando en la actualidad tienen las siguientes características:
  • Reino Unido: Compra de activos por parte del Banco de Inglaterra por valor de 308 mil millones de Libras (357 mil millones de euros) y tipos de interés en el 0,5% desde Febrero de 2009.
  • Eurozona: Tipos de interés por debajo del 1,25% desde Diciembre de 2011 (0,75% en la actualidad), dos LTRO (subastas de liquidez a tres años por parte del BCE a los bancos comerciales) en donde se inyectaron más de mil millones de euros al sistema financiero y una reducción del coeficiente de caja del 2 al 1%.
  • Japón: Actualmente el Bank of Japan tiene situado el tipo de interés en el 0,1%. El caso japonés es especial, pues desde su crisis bancaria de los años 90 lleva aplicando sistemáticamente planes de estímulo fiscal y monetario con escaso éxito (sus tipos de interés llevan en torno al 0% desde 1999).Recientemente el gobierno nipón ha anunciado un nuevo plan de estímulo por valor de 10,3 bilones de Yenes. El pasado mes de Septiembre su banco central llevó a cabo una expansión monetaria por valor de 10 billones de Yenes (97.000 millones de euros).
¿Qué buscan los Bancos Centrales con la aplicación de estas medidas?  Por un lado, ante la incapacidad de los Estados de amortizar su deuda, buscan generar procesos inflacionarios con los que provocar una devaluación de dicha deuda y que esta tenga una mayor facilidad de pago. Por otro lado buscan una depreciación de su tipo de cambio para aumentar sus exportaciones y así  contrarrestar el impacto negativo que consumo e inversión tiene sobre el PIB. Por último, buscan que la banca comercial disponga de liquidez suficiente para comenzar a conceder crédito al sector privado. Quien siga día a día la actualidad económica se habrá dado cuenta de que el único de los objetivos que se ha conseguido es el del aumento de las exportaciones, que ha permitido a países como España ir reduciendo poco a poco su déficit por cuenta corriente.

Perjuicios a los ciudadanos de a pie

Pero más que bonanzas en la economía mundial, los estímulos monetarios provocan perjuicios a los ciudadanos de a pie, perjuicios que no son palpables de modo inmediato pero que son devastadores a medio y a largo plazo. La inyección masiva de dinero y los bajos tipos de interés provocan una pérdida de valor de éste que sufren de modo inmediato consumidores  y  estados. Especialmente dura es la depreciación del dólar, dado que al ser la moneda principal en las transacciones internacionales (el 75% de ellas se realizan en esa moneda) sus efectos son notables en la economía global. En todo mercado, el incremento de la oferta monetaria no acompañado por un incremento proporcional de bienes y servicios, genera episodios inflacionarios. Esto se ve claramente en los precios de las distintas materias primas, pues todas cotizan en dólares. El aumento de la oferta de materias primas es muy reducido frente al brutal aumento de la oferta monetaria americana, el resultado es un incremento del coste de las materias primas que es trasladado al consumidor vía precios. Su dinero tiene menor valor y usted se empobrece, así de sencillo. Es ese impuesto silencioso llamado inflación.

La realidad es que los denominados planes de estímulo no están consiguiendo su objetivo basta con ver sus resultados: en el caso británico el pan de estímulo del BoE junto con la expansión del gasto derivado de las obras de los Juegos Olímpicos y el aumento de los ingresos derivados de estos, ha tenido como resultado una triple recesión y un estancamiento del desempleo en el 7,7%. En Japón, tras veinte años de estímulos, no logran que su economía remonte. En USA, a pesar de que la Reserva Federal ya ha imprimido una cantidad de moneda superior al superávit comercial chino, sólo han logrado estabilizar el desempleo en niveles de la recesión de 2009.Además la economía americana podría estar comenzando una nueva fase de desaceleración, tal y como explica en su blog el periodista Diego Sánchez de la Cruz

Sólo entre 2008 y 2012 se estima que el dólar americano ha perdido un 20% de su valor. Históricamente, las devaluaciones monetarias no han logrado sus objetivos de crecimiento ( recordemos que esta era una de las recomendaciones que el FMI hacía a los paises en vias de desarollo), pero lo que sí han provocado son enormes perjuicios tanto por la pérdida de nivel adquisitivo de los ciudadanos como por el proteccionismo en la producción de los paises. Como decía esta semana un gestor de fondos de la City de Londres, “si las devaluaciones generasen crecimiento, Zimbabwe sería el líder de la economía mundial”.

La actual crisis que padecemos se originó como consecuencia de una política monetaria laxa, definida por los bajos tipos de interés que generaron un falso efecto riqueza entre la población: EL precio de los pisos subia, y el crédito no se encarecía. Las personas se creían más ricas pero eso no era riqueza, era inflación. Los Bancos Centrales están intentando sacar a las economías de la crisis con las mismas recetas que nos metieron en ella. Reconozcamos que nos han salvado de la castástrofe, pero a cambio de la mayor de las incertidumbres , a cambio de no saber que consecuencias tendrá en el futuro el mayor episodio de intervención monetaria de la historia.

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